Buenos días,
Como cada semana, os dejo algunas propuestas que os pueden servir para mover un poco el esqueleto y pasar un rato divertido en casa.
1. Encesto en canasta
Este juego tiene varias modalidades:
1. podéis usar un aro, churro de piscina...y colgarlo para que puedan encestar pelotas, churros, lo que se os ocurra.
2. Usar una papelera como canasta e intentar encestar diferentes objetos. Intentad variar la textura y el peso de los objetos para que experimenten con varios tipos: bolas de papel, globos, pelotas de tenís, plastilina...
2. Tres en raya con lanzamientos
Con un poco de cinta de carrocero podemos crear un tres en raya gigante.
Las reglas son iguales con una pequeña variación, debemos lanzar la ficha y si sale fuera del cuadro no vale y pierdo turno
¡Venga, a trabajar esos lanzamientos con precisión!
3. Pasamos la pelota hacia atrás
Este juego podemos hacerlo con mínimo dos personas, eso sí, tenéis que ser rápidos y cambiaros de sitio cuando paséis la pelota, así el juego no tendrá fin.
4. Cuento motor
Ramón y la cobra dormilona.
Materiales en casa: toallas o alfombras, rollo papel higiénico, pajitas o pinturas, sofá, sillas...
De un país muy lejano vino volando Ramón en su alfombra voladora. (Se sientan en el suelo encima de una toalla, simulando que es una alfombra voladora). Durante el viaje Ramón observaba todo el paisaje que veía, altas montañas y blancas y esponjosas nubes. (Con la mano a la altura de la vista observan todo lo que ven).
Pero despistado con la belleza del paisaje no se da cuenta que se acerca una tormenta, el viento sopla muy fuerte (inspiramos por la nariz y soltamos por la boca de manera prolongada) y lo zarandea hacia los lados, (movimientos de un lado a otro) poco a poco se va adentrando en la tormenta y los rayos y truenos son cada vez más cercanos. La lluvia cae con fuerza sin que pueda ver más allá de la alfombra (golpes rápidos en la palma de la mano con dos dedos de la otra mano).
Un fuerte golpe de viento le hace descender rápidamente y aterriza en un bosque y decide buscar un lugar para refugiarse de la tormenta.
Encuentra una cueva y hace un fuego para calentarse, busca ramas cerca de la cueva pero están mojadas y les cuesta mucho arder así que Ramón tiene que soplar y soplar para que el fuego se avive (soplidos cortos y soplidos prolongados), cuando el fuego ya arde con vigor se coloca cerca de él para calentarse mejor(nos sentamos y frotamos las manos). Cansado del viaje quiere dormir un poco, pero Ramón no sabía que no era el único inquilino de la cueva.
Una joven cobra también se había refugiado allí de la tormenta y atraída por el fuego salió de su agujero, se acercó a Ramón y dio varias vueltas a su alrededor, se enroscó a él empezando por los pies, hasta llegar a las rodillas (enroscar con papel higiénico desde los pies hasta la rodilla, también podéis usar una cuerda) y Ramón se despertó muy asustado sin saber que hacer.
Recordó que del país que él venía, utilizaban la música para tranquilizar a los animales y así lo hizo, sacó una antigua flauta que tenía entre sus cosas y se puso a tocarla (con una pajita, pintura, palo... imitar que tocan la flauta). En un instante la cobra empezó a cerrar los ojos y lo seguía allí donde Ramón iba, la cobra se quedó tan relajada que se quedó dormida a su lado.
Al día siguiente, cuando Ramón se despertó la cobra había desaparecido, guardó sus cosas y salio de la cueva en busca de alguna ciudad o pueblo cercano. Vio a lo lejos un pueblo en lo alto de la montaña, para poder llegar a él tenía que atravesar el bosque y subir la montaña, así que se puso en marcha.
Para hacer el camino más ameno se puso a tocar su flauta y sin saberlo la cobra le seguía tras de si al son de la música. Cruzó un puente (pasar de silla en silla), un pequeño riachuelo (caminar chapoteando) y subió a lo alto de la montaña (escalar al sofá), y por fin llegó al pueblo.
Ramón dio un paseo por el pueblo y no había nadie por las calles, le extrañó un poco, por que una tarde tan agradable de primavera era imposible que nadie quisiera pasear así que siguió recorriendo las calles y vio que dos niños iban corriendo muy apresurados y decidió seguirlos.
Al final de la calle y volver la esquina entendió por que no había nadie por la calle, todo el pueblo estaba observando como montaban un circo y Ramón también se quedó.
Pasado un rato apareció por allí el encargado del circo y preguntó a las personas del pueblo si alguna sabía hacer algo especial y Ramón le contó que cuando él toca su flauta las serpientes se duermen; el encargado del circo le pidió que se lo demostrara y así lo hizo.
Sacó su flauta y se puso a tocarla, y sin saber como de su bolsa salió la serpiente que se había encontrado en la cueva el día anterior. La cobra le seguía allí donde Ramón iba, hacía lo que él quería y subía y bajada, se enroscaba…; todos se quedaron muy sorprendidos, y el encargado del circo le dijo que si quería quedarse con ellos y participar en el circo. Ramón no se lo pensó dos veces y acepto la oferta.
Desde entonces todas las tardes toca su flauta para que las serpientes se duerman. (Música oriental y realizar ejercicios de tensión y relajación de músculos)
5. Cueva
¿Quien no ha jugado de niño a vivir en una cueva?
Os propongo que creéis vuestra propia cueva, podéis usar mantas, cojines, sillas, mesas...lo que se os ocurra.. ¡Ya veréis que divertido!
Como siempre, estaré encantada de ver en las fotos lo bien que os lo pasáis jugando y aprendiendo cosas nuevas y las compartiré con todos vuestros compañeros
Que paséis una buena semana y disfrutéis jugando.
A Millán le encantó el tres en raya y encestó en casa
ResponderEliminarArturo practicó canasta . Esta semana seguiremos con el resto de actividades. Saludos
ResponderEliminarA Darío le ha encantado a juego decde la sobre todo con papeles y hacer la cueva. Saludos
ResponderEliminarA José Daniel le a gustado mucho todas las actividades y le encanta la cueba. Saludos
ResponderEliminara Carla le ha gustado mucho la actividad de la cueva, que por otra parte ella ha practicado siempre mucho lo de hacerse refugios y cuevas jeje. Ahh y se le da muy bien lo de encestar en la papelera.
ResponderEliminarNaima ha encestado con un aro, y la gustan mucho los cuentos motores.
ResponderEliminarHola. Jorge S. y sus hermanos han disfrutado mucho con todas las actividades, pero sobre todo con la de encestar.
ResponderEliminarSara, Irene y Sofía han jugado a encestar una pelota en un cubo y también han practicado a montar en bicicleta.
ResponderEliminarCarlos García ha metido canasta y hemos hecho una cabaña!
ResponderEliminarHector y su hermano juegan de forma habitual a meter canasta con distintos objetos en el cesto de la ropa y hacen cabañas por toda la casa. Les encanta. gracias
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